la compre mientras el sol
brillaba y el camino prometía,
a pesar de saber que las
condiciones son entre tú y yo,
simplemente nulas.
La compre sabiendo que
entregártela sería triste y
al marchitarse describiría
lo que nos paso, dirá poco
a poco como es que un
sentimiento murió,
entregártela será como un
grito, que a pesar de ser
escuchado y entendido no
será atendido, no puedes
oler esta flor, no podrás
acariciar esta flor,
una flor que muere con
cada suspiro con cada
mirada con cada sonido,
morirá entre tus manos,
rogando por la humedad de tu risa,
y no por la sequedad de tus lagrimas,
y la dejaras morir.